Conflicto entre objetivos de vida y de carrera: 4 estrategias y herramientas para managers muy ocupados
En este artículo: Muchos managers se preguntan cómo mantener en equilibrio la vida privada y la carrera. El consejo más común es “gestiona mejor el tiempo”. Pero no es suficiente. En este artículo te muestro cuatro herramientas concretas que te permiten realmente hacer convivir objetivos personales y profesionales. Y te dejo cuatro recursos prácticos para empezar a usarlas desde hoy mismo.
Leyendo Harvard Business Review un título me llamó la atención:
“Cómo crear armonía entre tus objetivos personales y profesionales”.
Un tema que desde hace años siento muy cercano y que representa un desafío cotidiano también para muchos managers que conozco.
El artículo de Harvard, basado en un estudio en diez países, invita a dejar de ver vida y trabajo como mundos en conflicto. Las ideas ofrecidas por las autoras (conectar objetivos diferentes, buscar acciones que sirvan a varios propósitos, aprovechar políticas con beneficios empresariales) son interesantes, pero para mí no son suficientes.
Si gestionas equipos, tienes muchas responsabilidades y tomas decisiones estratégicas cada día, estos consejos corren el riesgo de ser demasiado “soft”.
Después de 20 años como manager en el mundo corporativo y con más de 300 profesionales acompañados en varios países, llegué a una síntesis: para hacer convivir vida y trabajo hacen falta cuatro herramientas.
De la cuarta se habla poco, pero es justamente aquella en la que muchos managers fracasan, sacrificando los objetivos personales en el altar de una carrera brillante o por los objetivos de los demás.
Aquí están junto a cuatro recursos útiles para implementarlas.
1. Visión
Cada día estás inundado de información, reuniones, solicitudes de clientes y stakeholders.
Todo parece urgente. Todo parece importante.
Pero sin una referencia de largo plazo, cada decisión se convierte en un ejercicio agotador de trade-off, muchas veces más dictado por la urgencia que por una estrategia clara.
La pregunta de partida es: ¿quién quieres ser, como persona y como líder, dentro de diez años?
Cuando falta una visión, el decision making se reduce a gestionar lo inmediato. En ese momento estás reaccionando, en vez de sentarte de verdad en el asiento de mando de tu carrera y de tu vida.
¿Cómo definir tu visión?
Hay varias alternativas. Te comparto la más simple:
Reserva una hora y pregúntate qué vida quieres construir: con quién, en qué contexto, con qué lifestyle, con qué pasiones y responsabilidades.
Si necesitas otras herramientas más estructuradas para guiarte en la elaboración de tu visión, házmelo saber (al final del artículo encuentras mi correo).
2. Objetivo
Definida la visión, el paso siguiente es transformarla en foco operativo.
Mi consejo: cada trimestre elige un solo objetivo principal (personal o profesional) plenamente coherente con tu visión de largo plazo. Será tu referencia para evaluar si decir sí o no a cada nueva solicitud externa.
Para apoyarte en esta elección utilizo EMPIRE, una rueda que he desarrollado para mis programas de coaching. La puedes usar gratuitamente con un programa de IA que he creado con ChatGPT:
Es una herramienta aún en evolución, pero ya útil para avanzar con claridad.
Sirve para poner en evidencia el área más descubierta de tu vida o de tu trabajo: tu punto ciego.
A menudo justamente allí se esconde la palanca más poderosa para crecer, y es el área que puede convertirse en tu objetivo prioritario del trimestre.
3. El calendario ideal
Una agenda no es solo una lista de calls y reuniones. Es un activo estratégico: la herramienta que hace visibles y concretos también aquellos objetivos que, sin un espacio dedicado, quedarían solo en intenciones.
Mi recomendación: una vez definido el objetivo principal del trimestre, transfórmalo en tiempo protegido.
Bloquea en la agenda espacios no negociables, como si fueran reuniones con tu cliente más importante (o con el médico).
¿Quieres un ejemplo práctico de cómo diseñar una agenda que refleje de verdad tus prioridades?
Te recomiendo este video de Ali Abdaal.
Crear el calendario ideal requiere poco tiempo. El verdadero desafío es defenderlo de las urgencias, sin ceder a la presión constante de clientes, colegas y stakeholders.
4. El self management
Aquí nacen los problemas para alcanzar nuestros objetivos.
Todos conocen las técnicas de time management (Time Blocking, matriz de Eisenhower, GTD). Pero estas funcionan solamente si trabajamos o vivimos solos: colegas, clientes e imprevistos personales ponen continuamente a prueba tu agenda.
La palanca decisiva es otra: saber gestionarse a uno mismo.
Cuando llega una solicitud externa, aparecen pensamientos que conoces bien:
“Si digo que no, comprometo la relación.”
“Si acepto, trabajaré hasta tarde sacrificando lo demás.”
“Si lo pospongo, pensarán que no colaboro.”
Estos automatismos llevan a poner los objetivos de otros siempre por delante de los propios, por miedo al rechazo, al juicio o a no estar a la altura.
Resultado: tus objetivos (sobre todo los personales) son los primeros en caer.
Entrenar el self management para un manager significa:
mantener claro el objetivo prioritario del trimestre;
releer cada solicitud a la luz de la coherencia con este objetivo;
tomar decisiones conscientes, incluso cuando impliquen un NO o una delegación a otros.
El modelo que recomiendo: STAR
Muchos me preguntan: “¿Cómo puedo entrenar de forma concreta el self-management?”
La herramienta que uso personalmente y con los managers que acompaño es el modelo cognitivo STAR.
Es un framework simple y potente: te ayuda a reconocer los pensamientos que desencadenan automatismos de sacrificio del objetivo principal y a sustituirlos por respuestas conscientes.
Es como una brújula que te devuelve a la dirección correcta de tu objetivo principal.
Esto es lo que significan las cuatro letras de STAR:
S – Situation
¿Cuál fue el hecho concreto que desencadenó la situación que estás afrontando?
Ejemplo: un correo fuera de horario, una call mientras estás focalizado en tu objetivo principal.
T – Thoughts
¿Qué pensamientos aparecieron inmediatamente después?
Por ejemplo: “Si no respondo enseguida, pierdo credibilidad.”
A – Affect
¿Qué emociones trajeron esos pensamientos?
Ansiedad, culpa, orgullo, frustración.
R – Response
¿Cómo reaccionaste? Y, sobre todo, ¿cómo podrías haber respondido mejor?
Una pausa, un “no” claro, una delegación eficaz.
En síntesis: STAR te entrena a crear espacio entre estímulo y respuesta. Y es en ese espacio donde se ejerce el verdadero liderazgo.
¿Quieres el artículo completo sobre el modelo STAR?
Envíame un correo a silvia@be-executive.com y te lo compartiré apenas esté listo.
Dentro encontrarás también una plantilla para mapear tus triggers recurrentes y un prompt de IA que te ayuda a reconocer los mecanismos psicológicos ocultos detrás de tus decisiones impulsivas y a proteger tu foco en el objetivo principal.
Espero que este artículo te haya sido útil para ver que armonizar vida y trabajo no es un sueño imposible, sino el resultado concreto de una visión y un objetivo claros, un calendario que respetes y decisiones que defiendas cada día.
Hasta la próxima,
Silvia